miércoles, 24 de octubre de 2012

Desde Roma… con todo mi amor




La última película que ha estrenado Woody Allen parecía al principio uno más de sus recientes proyectos  consistentes en caracterizar ciudades (recordemos Vicky Cristina Barcelona, Midgnight in Paris, etc.).

El boca a boca no parecía augurar un gran resultado: la gente comentaba en sus círculos que era una película muy normalita, que no valía la pena, otra típica del estadounidense, inundada de su característico humor (que algunos entienden y adoran, y que, el resto en cambio, odian…).

A pesar de que las críticas no la dejaban mal, confieso que fui al cine a verla más cautivada por su escenario, mi ciudad predilecta, mi querida città eterna, que por la historia que contaba… Y no pude acertar más con mi elección.

"A Roma con amor" es una comedia dulce, que narra cuatro  historias distintas: la de un romano corriente que de repente se ve convertido en la estrella del momento; la de un arquitecto de éxito que vuelve a la ciudad en la que vivió la creatividad y el amor; la de una pareja de norteamericanos que viajan a la ciudad para conocer al prometido de su hija, un típico italiano de una familia más típicamente italiana; y la de una pareja joven de italianos de provincia dispuestos a comerse el mundo.

El film disecciona muchos de los clichés más tradicionales y también más actuales: los medios de comunicación atentos a las historias más banales y absurdas para subir audiencias y publicar cualquier tipo de “titular”; las super estrellas de cine, que actúan como divinidades que están por encima del bien y del mal y algo paranoicas pero igual de terrenales que cualquiera; italianos apuestos, impecables y educados que se dejan seducir por la infidelidad, la fama y el desprestigio; yanquis pueblerinos, inocentes, pero trabajadores y persistentes; los arquitectos, sabios, con una visión compleja e interesante de todo, pero a veces dejándose llevar por lo que vende a las masas; y tantos más..




Una de las escenas más ilustrativas de lo que mencionaba: Leopoldo (Roberto Benigni), un hombre cualquiera, de pronto se ve acosado por la prensa, a quien le interesa su corriente vida.


Sin duda un film para no perderse, que nos cuenta todas las historias con la ayuda de Roma, y con un reparto en mi opinión muy profesional y a la altura.












Algunos de los actores de la película: Alec Baldwin, Jesse Eisenberg, Roberto Benigni, Woody Allen, Penélope Cruz.


Uno sale del cine preguntándose si la crítica a la sociedad en general, que, como ejemplo, llama arte a cualquier cosa o se preocupa por las excentricidades de personajes públicos, no es también una crítica al que acaba de disfrutar de un buen rato con la película. Cosas de un Woody único.

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